¿SOMOS IGUALES Y EQUITATIVOS EN EL PERÚ?

Para responder a ésta pregunta empezaré citando el siguiente inciso de la Constitución Política del Perú:

Artículo 2°. Toda persona tiene derecho:

2.        A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.

Pues parece que lo anterior a quedado lamentablemente sólo en el papel, ante la constitución seremos iguales (aunque esto no sea más que una ficción jurídica), pero ante los ojos del resto de los peruanos no lo creo. Y es que pensando profundamente hacen bien en decir que el enemigo de un peruano no es más que otro peruano. Y lo de equitativos, tampoco lo creo. 

A decir verdad lo mismo me pregunto, luego de ver tantas barbaries en mi país, y de esto los ejemplos sobran. Hay tantas personas que dejan sus pueblos buscando en las ciudades las oportunidades que en su lugar natal nunca tuvieron, y al llegar se dan cuenta que existe un gran abismo entre ellos y las personas que encuentran. No todos nacemos con las mismas posibilidades de desarrollarnos y por esto las mismas oportunidades de trabajo digno en donde se respeten nuestros derechos, no todos podemos acceder a educación de calidad. Y para colmar el vaso aparecen esas estúpidas personas que por tener un gran puñado de dinero más en sus bolsillos, se creen dueños del Perú y mejores que otro peruanos.

Que para ti no hay trabajo porque no eres de la costa, que tendrás menos salario que él a pesar de hacer el mismo trabajo por ser mujer, que aquí no entras por no vestirte como yo, que las penas son más leves para él porque su familiar es un político o no tienes dinero para defenderte, que tu opinión sea importante depende de tu aspecto físico, de cómo te apellides, de quiénes sean tus parientes, y desde luego del nivel económico en el que te ubiques, que morirás en el piso por no tener dinero para una camilla...

Por todo esto en el Perú, definitivamente no somos iguales ni tampoco equitativos, no recibimos los mismos beneficios claro que tampoco debemos ser pesimistas ni quedarnos conformes con esta realidad, para cambiarla es menester que todos cambiemos nuestra forma de pensar, e inculquemos a las nuevas generaciones correctamente.
Autor: Stherling Jaffet Laguna Oloya